Aprendizaje

agosto 3, 2023

¿Aprender jugando?

¿Aprender jugando?: Algunos comentarios acerca del papel del juego en el aprendizaje actual

¿Cuándo ha sido la última vez que jugaste? ¿Recuerdas los momentos donde aprendiste nuevas habilidades de manera divertida? Si se te hace difícil recordar la última experiencia con esas características, no te preocupes, eres parte de la mayoría de personas, ya que en nuestro país el juego solo es tomado en cuenta en la enseñanza escolar o en entornos educativos no convencionales. No obstante, el juego ha estado presente en nuestra sociedad desde hace mucho tiempo atrás. Desde los juegos de tablero más antiguos, tales como el ajedrez o el mancala, hasta las actividades de equipo, como “captura la bandera”, el juego se ha constituido como piedra angular dentro de nuestra cultura, a tal punto que es posible aplicarlo en entornos organizacionales y en el aprendizaje adulto.

Además de los muchos beneficios del juego, existe uno que resulta primordial y que muy pocas veces es tomado en cuenta: el juego toma un papel imprescindible en el desarrollo de un aprendizaje significativo. ¿A qué se refiere este término? Un aprendizaje significativo es un proceso donde la persona obtiene un nuevo conocimiento al asociar esta nueva información con la que se poseía anteriormente (1). En ese sentido, para obtener un buen resultado y un aprendizaje que resulte significativo para la persona, es necesario tener una experiencia de disfrute, que, a su vez, contenga ciertos desafíos de por medio que mantengan la motivación.

Por ello, enseñar un nuevo conocimiento, junto con actividades lúdicas, resulta una excelente combinación, ya que el juego ayuda a contextualizar esta nueva información, tomando en cuenta las habilidades con las que cuenta cada persona. Es así que, por ejemplo, se ha descubierto que crear ambientes de aprendizaje que incluyan actividades lúdicas favorece el desarrollo de habilidades en la etapa adulta. Esto debido a que se fomenta una motivación intrínseca que aumenta el rendimiento para superar las dificultades (2).

Por otra parte, un segundo argumento que se pone a favor de incluir el juego en el aprendizaje viene del campo de las neurociencias. Se ha encontrado que nuestras conexiones cerebrales se consolidan cuando estamos expuestos ante una actividad de placer. Además, si esta actividad es combinada con ejercicios que incluyan el movimiento corporal, será mucho más beneficiosa puesto que nuestra memoria a largo plazo y nuestro sistema emocional se mantienen en continuo funcionamiento (3).

Ahora bien, como conclusión, es cierto que son muy pocos los espacios donde se toman en cuenta las actividades lúdicas como un factor principal de enseñanza. Parte de esta omisión se basa en la desinformación respecto al tema y la noción común del juego como una actividad solo de placer, la cual no genera resultados positivos y que debe ser solo utilizada en la etapa infantil.

Considero que es momento de cambiar nuestra forma de enseñar y aprender nuevos conocimientos. Crear espacios donde las personas puedan separarse de su contexto actual para ingresar a una experiencia de disfrute constante, resulta necesario, sobre todo en la situación actual en la que nos encontramos, donde todo se vuelve una rutina y la atención es cada vez más reducida.

Depende de nosotros tomar acciones que desarrollen el potencial de las personas que nos rodean. Entonces, ¿qué esperamos? ¿Buscamos un aprendizaje que se vuelva rutinario o realmente queremos un aprendizaje que resulte significativo y que perdure en el tiempo?

Brúmel Yépez

Learning Experience Designer Jr

Referencias